Estambul, noviembre.

El hombre tiene una habitación para el trabajo, otra para las aficiones y el divertimento, otra para los amigos, para los amigotes más bien… Y una, generalmente el dormitorio, para el amor.

La mujer en cambio, es capaz de tirar todos los tabiques de la casa y dedicarla entera al amor, a un solo sentimiento…

La mujer es la transmisora del todo y el hombre su colaborador.

A.Gala 

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